Percloroetileno. Sustitución en el sector de Limpieza en seco

Alternativas.

La limpieza en seco es considerada una actividad que forma parte del sector servicios, por tanto queda excluida de las restricciones y el control que según la legislación deben recibir las industrias que emplean sustancias de carácter peligroso. Sin embargo, la utilización de disolventes clorados en el proceso de limpieza en seco convencional, principalmente de percloroetileno, supone un elevado riesgo para la salud de los trabajadores/as, ciudadanos expuestos y el medio ambiente.

En la búsqueda e implantación de sistemas alternativos de limpieza en seco, existen a la vez, enormes dificultades y una extremada urgencia, por ser ésta una actividad con características especiales: posee un elevado número de establecimientos, la mayoría insertados en zonas de vivienda y en vecindad con comercios de alimentación, con una gestión del negocio no especialmente profesionalizada, con una elevada dependencia de las informaciones y consejos de los proveedores y la existencia de recomendaciones taxativas de los fabricantes de textiles en favor de la limpieza en seco.

Proceso

El proceso de limpieza en las tintorerías consiste, tras la limpieza manual de manchas difíciles, básicamente en la introducción de la ropa en una máquina dentro de la cual son inmersas en percloroetileno (PERC), un disolvente clorado que actúa como sustancia activa.

Existen dos tipos de sistemas convencionales: circuitos abiertos y circuitos cerrados. Ambos en la actualidad traspasan la ropa de la lavadora a la secadora automáticamente con una corriente de aire, evitando una importante emisión de PERC en el lugar de trabajo. La diferencia entre ambos sistemas radica en el sistema de recuperación del PERC despues del ciclo de lavado. En el sistema abierto, el disolvente se recupera mediante la condensación con agua (a aproximadamente 15º C), y después se abre una salida de aspiración al exterior para mezclar el PERC que pudiera aún estar presente en el circuito. La recuperación en el sistema cerrado se produce mediante la recirculación del PERC a través de unas bombas que descienden la temperatura a 0º C, condensando casi por completo todo el disolvente para ser reutilizado. En este último caso, no es necesario abrir la salida al exterior antes de abrir la puerta de la máquina, por lo que se reduce la cantidad de PERC que inicialmente se emite al exterior.

Al utilizar una sustancia tóxica el riesgo de exposición siempre existe, puesto que hay numerosos puntos a partir de los cuales se concentran cantidades significativas de percloroetileno en el lugar de trabajo (la evaporación directa del disolvente o a partir de la ropa, o por escapes, fugas o fallos del sistema operativo).

Problemática

El percloroetileno o PERC (tambien llamado tetracloroetileno o tetracloroeteno) es un compuesto organoclorado, es decir, posee una estructura de base de carbono con átomos de cloro. La familia de organoclorados (dentro de las que tambien se incluyen los PCBs y las dioxinas) presentan una especial problemática a lo largo de todo su ciclo de vida con respecto al medio ambiente por su carácter tóxico, persistente, acumulativo y no biodegradable.

Es por estas razones, que para minimizar la degradación de los ecosistemas, en la Conferencia del Convenio de Barcelona para la Protección del Mediterráneo celebrado este mismo mes de Junio, se ha propuesto como objetivo la reducción de los vertidos de organohalogenados (dentro de los cuáles se encuentran los organoclorados) para el año 2005.

La presencia de esta sustancia en el ambiente de trabajo provoca serias afecciones a la salud de los trabajadores y trabajadoras por generarse, a lo largo del proceso de limpieza en seco, emisiones tóxicas, a la vez que residuos y vertidos líquidos de carácter peligroso:

  • emisiones fugitivas y para la ventilación intencionada. 
  • filtros usados que contienen hasta 4,5 litros de perc.
  • lodos tóxicos generados por la destilación de perc, que contienen hasta un 50% de perc y en las cuales tambien se han detectado dioxinas.
  • agua contaminada con perc como resultado de la destilación, que tradicionalmente son vertidas al sistema de alcantarillado.

Efectos sobre la salud humana

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Las vías de exposición del percloroetileno son por inhalación, ingestión o a través de la piel. Una vez penetrado el perc, éste se acumula en el cuerpo, encontrándose concentraciones significativas en la sangre, los tejidos grasos, el aliento y la leche materna (según muestreos realizados en EE.UU. y Canadá).

Los efectos de exposición de corta duración son: irritación de los ojos, afectación del sistema nervioso central, con delirios, mareos y fatiga, ingestión puede causar aspiración en los pulmones con riesgo de neumonitis química, y la exposición muy por encima de los límites podría causar disminución de consciencia y puede provocar la muerte.

Los efectos de exposición prolongada o repetida son: dermatitis, afección sistema nervioso central (dolor de cabeza, dificultad de concentración) y afectación del funcionamiento hepático. Está catalogado como un probable cancerígeno, principalmente de esófago, riñón, leucemia pulmón, hígado, piel, páncreas, etc. Investigaciones más recientes son muestra de una fuerte evidencia de que el riesgo no se limita al ámbito de trabajo.

Ámbitos de exposición humana

  • OCUPACIONAL

La exposición que sufren los trabajadores y trabajadoras en el lugar de trabajo está ampliamente influenciada por el tipo de equipo que se emplea. Las máquinas de transferencia, que consisten en la transferencia manual de la ropa empapada en perc de la lavadora a la secadora, representa una exposición a concentraciones mayores que las máquinas «dry to dry» (seco a seco), puesto que implica además de la inhalación de emisiones fugitivas, un contacto dérmico.

Actualmente los límites permitidos de exposición (TLV), como media diaria (8 horas al día y 40 horas semana) a PERC en EE.UU. y en Canadá es de 50 ppm (341 mg/m3), en Dinamarca es de 30 ppm (205 mg/m3), en California de 25 ppm (170 mg/m3) y en Suecia es de 20 ppm (136 mg/m3). El límite de exposición a corto plazo (STEL), durante 10 minutos como máximo al día, es en EE.UU. de 100 ppm (685 mg/m3).

En el Estado Español, no existen límites máximos de exposición a sustancias tóxicas en el lugar de trabajo que estén regulados por Ley. En principio, se utilizan los límites establecidos en EE.UU., aunque no existe ningún plan o sistema de detección, control o seguimiento de los niveles de sustancias tóxicas presentes en establecimientos cerrados o lugares de trabajo, excepto para alguna sustancia muy específica.

  • HOGARES

Percloroetileno se ha detectado en niveles mucho mayores en los hogares de empleados de tintorerías que en hogares en los cuales nadie trabaja en dicho sector, debido a que perc se exhala durante un largo período, y tambien es despedido de la ropa del trabajador o la trabajadora.

La exposición humana al perc proveniente de las tintorerías no se limita únicamente a trabajadores y trabajadoras, y a las personas que compartan el hogar. Existe clara evidencia de que en todos los sectores de la población la exposición a perc está ocurriendo a través del aire, agua y alimentos. El perc entra en las residencias y comercios cercanos a tintorerías a través de tres vías:

    • A través del suelo, techo y materiales de las paredes,
    • A través de agujeros en los techos, escapes de tuberías, rejillas de ventilación, y otras rutas de flujo de aire,
    • A través de ventanas abiertas o ventiladores, cuando las tintorerías ventilan su espacio desde dentro hacia fuera.

Se encuentran expuestos a un riesgo más alto personas de avanzada edad, niños, mujeres embarazadas y los fetos, puesto que el perc penetra a través de la placenta, y los enfermos crónicos que pasan la mayor parte de su tiempo en casa.

  • CONTAMINACIÓN DE LA COMIDA

Se han medido elevadas concentraciones de perc en la comida, particularmente comidas grasas como la mantequilla, de tiendas y hogares cercanas a tintorerías. Las concentraciones de perc en las mismas aumentan con respecto al tiempo de almacenamiento cerca de dicha instalación. De acuerdo con la Food & Drug Administration de EE.UU., los niveles base de perc en la comida son generalmente de menos de 50 ppb. Sin embargo, un estudio sobre mantequillas de tiendas adyacentes a tintorerías, realizado en Washington D.C., mostraba niveles mucho más altos, entre 100 ppb y 1000 ppb. Varias muestras tomadas de tiendas dos puertas más abajo mostraban niveles desde más de 50 ppb hasta más de 1000 ppb.

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  • CONTAMINACIÓN DE LA LECHE MATERNA

Puesto que perc es soluble y acumulativo en grasas, bebés que amamanten pueden estar expuestos directamente a concentraciones muy elevadas a través de la leche materna. La exposición a perc en el ambiente de limpieza en seco ha resultado hasta el momento ser «el único caso documentado encontrado en la literatura que demuestra una exposición entre una madre y un contaminante medioambiental que ha resultado en un impacto adverso agudo sobre la salud del bebé debido a la exposición a leche contaminada». El Departamento de Salud del Estado de Nueva York estima que las consecuencias de exposición ocupacional contribuyen a la existencia de 58 a 600 casos en exceso de cáncer por millón de bebés que toman leche materna durante un año.

  • «OFFGASSING» (Desprendimiento de gases)

En un experimento de la EPA Estadounidense, se detectaron niveles 2900 ppb de perc en un armario con ropa limpiada en seco, 195 ppb en el dormitorio y 83 ppb en un cuarto adyacente. Estas concentraciones exceden los valores guía de Nueva York para exposición crónica a perc en aire interior por un factor de 190.

Efectos medioambientales

  • AIRE

PERC no es muy persistente en el aire, por tener tendencia a reaccionar fotoquímicamente al estar expuesto a la luz solar y también por reaccionar con los radicales de hidroxilo. Esta degradación puede ocurrir en un plazo desde unas horas hasta unos meses, por lo que no se considera un agente destructor de la capa de ozono, pero sí puede sufrir el transporte a largas distancias.

Los productos de descomposición de perc son principalmente fosgeno y cloroacetil cloruros, aunque cloruro de vinilo, ácido tricloroacético (TCA) y tetracloruro de carbono, tambien se producen. Estos productos son más persistentes y pueden ser más tóxicos. Se estima que hasta un 8% (en peso) de perc atmosférico se convierte en tetracloruro de carbono, que es uno de los principales agentes destructores de la capa de ozono. El TCA fue intencionalmente producido por la industria como herbicida, y puede fácilmente ligarse a la degradación de los bosques europeos.

  • AGUAS SUPERFICIALES

La lluvia arrastra el perc atmosférico al medio acuático, pero la mayor parte se vuelve a evaporar muy rápidamente y dependiendo del viento y condiciones de mezcla, la vida media puede variar desde varias horas a varias semanas. El perc puede incorporarse al medio biológico y ser metabolizado. Muchos de los productos de degradación de perc formados en el agua son a menudo más persistentes (en el agua) que el mismo perc.

  • AGUAS SUBTERRÁNEAS

Típicamente, una tintorería genera entre 4.5 y 9 litros de agua contaminada de perc al día. La mayoría de las tintorerías desechan estos vertidos directamente al cauce público, que en gran parte termina en los acuíferos subterráneos. La migración de la porción de perc que no se evapora, del suelo o de las tuberías hacia los acuíferos subterráneos supone la acumulación de esta sustancia en dichos fondos, donde son bastante persistentes.

Más información:

Estefanía Blount
Departamento Confederal de Ecología y Medio Ambiente de CC.OO.
Fernández de la Hoz, 12 - 28010 Madrid
Tel: (91) 319 17 50 Fax: (91) 310 48 04

Oliva Núñez
Greenpeace España
Rodríguez San Pedro, 58 - 28015 Madrid
Tel: (91) 543 47 04 Fax: (91) 543 97 79

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