En Enero de 1995 se aprobó por parte del Consejo de Ministros la nueva Estrategia Nacional de Residuos Peligrosos. En esta Estrategia se formulan dos Planes: el Plan Nacional de Residuos Peligrosos (1995-2000) y el Plan Nacional de Recuperación de Suelos Contaminados (1995-2005). PLAN NACIONAL DE RESIDUOS PELIGROSOS (1995/2000) En el nuevo Plan se diagnostican como los principales problemas de la situación actual los siguientes: Teniendo en cuenta la situación actual, se han considerado la reducción progresiva en origen de la cantidad de residuos peligrosos generados y el tratamiento ambiental correcto de los residuos como las máximas prioridades en el Plan. Para desarrollar estos principios, se establecen los objetivos recogidos en el cuadro adjunto. Entre algunos instrumentos para la obtención de los objetivos del PNRP se incluyen: línea de crédito específica, subvenciones a planes sectoriales o empresariales conjuntamente con la C.A., asesoramiento a las pequeñas y medianas empresas, subvenciones a actuaciones públicas o privadas, apoyo a experiencias piloto con la C.A. y el apoyo a ecoauditoría con la C.A. EMGRISA, además, actuará como centro impulsor y difusor de tecnologías limpias. PREVENCIÓN Se entiende como prevención, de acuerdo con la definición de la Agencia de Medio Ambiente de EE.UU., «la reducción de la cantidad de sustancias peligrosas o contaminantes presentes en cualquier flujo de residuos o que es emitida de otras formas al medio ambiente». Según el objetivo descrito anteriormente, se pretende que la reducción en origen pase de 3,4 millones de Tn/año a 2,1 millones de Tn/año. Además se han estimado los objetivos de reducción en origen para cada sector industrial, teniendo en cuenta el estado actual del conocimiento en España de las técnicas más adecuadas para cada proceso productivo y las previsiones respecto a sus resultados a medio plazo. Se consideran como prioritarios a efectos de obtención de ayudas en el PNRP los siguientes sectores, evaluando principalmente su potencial de prevención en la generación de residuos peligrosos: TRATAMIENTO «IN SITU» DE LOS RESIDUOS GENERADOS Se refiere a aquellas acciones que permiten recuperar los residuos generados dentro del propio proceso productivo, a través del reciclaje, la reutilización y la revalorización energética. Este concepto ha sido erróneamente ampliado en el nuevo Plan para incluir en este apartado el reciclado y la reutilización de los residuos en plantas diferentes a las de su origen, actividad fomentada a través de las «Bolsas de Residuos». INFRAESTRUCTURAS DE TRATAMIENTO EXTERIOR Desde la Secretaría de Estado de Medio Ambiente se pretende que en cada territorio se adopten decisiones en torno al tipo de tratamiento externo de los residuos de forma que: Red de Depósitos de Seguridad La Secretaría de Estado por su parte apoyará especialmente la creación de una red de depósitos de seguridad, preferentemente de carácter temporal. La financiación de la construcción de aquellos depósitos que puedan ser utilizados por varias Comunidades Autónomas correrá íntegramente a cargo de los recursos de la Secretaría de Estado. Para aquellos depósitos que sean utilizados exclusivamente por una C.A., la ayuda estatal será de un 25% de su coste. El coste de acceso de los residuos a dichos depósitos de seguridad se fijará en función de las opciones de tratamiento existentes para los mismos en cada territorio, de forma que no se «prime» su depósito si existen tecnologías ambientalmente más adecuadas. Plantas de recuperación, reciclaje, regeneración... En particular se apoyará la regeneración de los aceites usados, estableciendo como objetivos: La gestión de los residuos sanitarios se considera también entre las prioridades del Plan, particularmente fomentando la regeneración. La descontaminación, recuperación y achatarramiento de automóviles, la regeneración de disolventes y el reciclaje y la reutilización de material eléctrico y electrónico constituyen también las principales áreas de prioridad. PLAN NACIONAL DE RECUPERACION DE SUELOS CONTAMINADOS (1995/2005) Se determina que un suelo está contaminado cuando su calidad natural ha sido alterada por la presencia de componentes de carácter tóxico y peligroso de origen antrópico con el consiguiente desequilibrio en las funciones propias del suelo. A partir de 1991 el MOPTMA realizó un primer inventario basado en la identificación de las actividades potencialmente contaminantes por generar residuos tóxicos y peligrosos y de los emplazamientos presuntamente contaminados. En total se han detectado un número de 4.532 emplazamientos identificados como potencialmente contaminados en el Estado Español. De los 4.532 emplazamientos ya identificados, 249 puntos fueron sometidos a un proceso de caracterización en campo y posteriormente evaluados en función del daño y riesgo que presentaban para la salud pública, recursos naturales y el medio ambiente. La caracterización de los 249 espacios contaminados indican que: Del total de los emplazamientos caracterizados, 61 se consideran de prioridad alta, en 85 no se evidencian graves daños por lo que se consideran de prioridad media, y los 128 espacios restantes precisan de medidas de saneamiento y recuperación a largo plazo. Los objetivos prioritarios del Plan, en base a los cuales se desarrollan las principales líneas de actuación, son: Las inversiones necesarias para la implantación del Plan en el período 1995-2005 ascienden a 132.000 Millones de Pesetas, que quedarán distribuidos de acuerdo con los cuatro programas principales de actuación (identificación y caracterización, elaboración de proyectos, ejecución de los proyectos y planes de seguimiento y control). VALORACION DEL PLAN NACIONAL DE RESIDUOS PELIGROSOS El nuevo Plan Nacional de Residuos Peligrosos ha incorporado algunos progresos con respecto al Plan anterior, principalmente, una estimación más realista sobre la generación de residuos peligrosos, una inversión en la descontaminación y recuperación de suelos, así como el hecho de que no contemple la construcción de incineradoras para la eliminación de residuos. No obstante, aún resulta un Plan poco ambicioso con respecto a varios aspectos importantes, que merecen ser mencionados. PREVENCIÓN La prevención se considera como la máxima prioridad en el nuevo Plan en cuanto a la definición de objetivos y la aplicación de instrumentos financieros. Sin embargo, no quedan claramente definidos los mecanismos legislativos, fiscales y operativos para la implantación y el control de dichas medidas preventivas en todos los niveles de la producción (desde la industria de extracción de materias primas hasta la de transporte y gestión del residuo final). Muchas medidas de minimización sólo se implantarán si existe una legislación que lo especifique, o al menos se establezcan convenios voluntarios con las empresas. En los casos donde ya existe legislación, como ocurre con la obligatoriedad de declarar la producción de residuos peligrosos, y claramente se incumple por la mayoría de las empresas españolas, será preciso proporcionar los mecanismos operativos necesarios (recursos humanos, fiscales y financieros) para asegurar el cumplimiento de la ley. El pasado mes de Junio, en el Convenio de Barcelona para la Protección del Mediterráneo, el Estado Español, junto a los demás países ribereños, se comprometió a la reducción de vertidos tóxicos, y en especial de organoclorados, al Mediterráneo para el año 2005. SISTEMAS DE GESTIÓN DE LOS RESIDUOS GENERADOS A la hora de plantearse el problema de gestión de residuos peligrosos deberán conocerse con mayor precisión la cantidad de residuos que se generarán en cada una de las CC.AA. en los años sucesivos tras adoptar un Plan viable de prevención, antes de establecer las necesidades en cuanto a infraestructuras para su tratamiento. Puesto que la información de muchas de las CC.AA. se basa únicamente en las Declaraciones anuales de Producción de Residuos Peligrosos y otros documentos de carácter similar, resulta imposible, con la escasa (prácticamente inexistente) presentación anual de éstos por parte de los industriales, que se tenga una idea de la generación real de residuos peligrosos. Hasta ahora se ha justificado la nula inversión en plantas de reciclaje y recuperación de residuos procedentes de la industria con la inexistencia de un mercado de compra-venta que lo soporte. Sin embargo, las experiencias positivas realizadas en otros países deberían de servir como precedente para la implantación de éstas en el Estado Español, sobre todo con el apoyo de la ya existente Bolsa de Residuos gestionada a través de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación. En este sentido, a pesar de dar prioridad a la reutilización y la recuperación de materiales como método de tratamiento, no queda demasiado claro en el Plan qué tipo de instalaciones de recuperación de materiales se prevé y cual será la inversión para este tipo de actividad. La instalación de una red de depósitos de seguridad en todo el Estado Español se considerará un método de tratamiento de residuos peligrosos aceptable solamente cuando se esté desarrollando paralelamente y de forma activa un modelo basado en la prevención de la contaminación, y después de haber agotado todas las posibilidades de reducción, reutilización, reciclaje y recuperación de materiales a partir de los residuos. Los criterios de autosuficiencia y proximidad no están contemplados adecuadamente en la financiación de los depósitos de seguridad, ya que se prioriza la construcción de depósitos de seguridad supraautonómicos sobre aquellos utilizables por una sola comunidad, dado que se financian los primeros en un 100% y estos últimos únicamente en un 25% del coste de construcción. Esta iniciativa, por razones obvias, estimulan a que las CC.AA. no adopten medidas preventivas desde su Administración. La construcción de infraestructuras supraautonómicas, además, implica un incremento en la distancia que han de recorrer los residuos peligrosos hasta su destino final. El transporte de residuos peligrosos es una actividad que conlleva un enorme riesgo y debería reducirse al mínimo tanto en intensidad como en distancia, priorizando los sistemas de tratamiento controlado «in situ». Incineración Un cambio muy positivo que se ha producido en el nuevo Plan ha sido el abandono de la línea de fomento de la incineración de residuos peligrosos, aunque aún se contempla la financiación con dinero público de hasta un 5%, eso sí limitado a los costes del control y vigilancia de incineradoras. Esta nueva política deberá establecer una red de control y vigilancia para la incineración que se produce tanto de forma controlada, en incineradoras autorizadas, como incontrolada, es decir, la incineración «in situ» en instalaciones industriales, el uso de aceites usados u otros residuos peligrosos como combustibles en cementeras u otras plantas de recuperación o producción, etc. SUELOS CONTAMINADOS Se han identificado en torno a 4.500 emplazamientos de suelo contaminados en el Estado Español en el primer inventario realizado a cargo del MOPTMA. No obstante, recientemente el Ministerio ha declarado que prevé la existencia de hasta 18.000 puntos negros. Teniendo en cuenta la grave situación actual, la inversión dedicada a la recuperación de suelos propuesta para los próximos cinco años de 39.160 millones de pesetas (lo correspondiente al 50% de la cantidad necesaria para la recuperación de los 69 millones de m3 calificados como de mayor urgencia y para ser tratados a corto plazo) resulta insuficiente. El problema de la contaminación de los suelos está alcanzando una dimensión incontrolable y casi irreversible en el Estado Español, mientras que no existe una conciencia social del peligro al que se está expuesto. INVESTIGACIÓN Los recursos económicos dedicados a I+D resultan claramente insuficientes. Es en este apartado, donde al final se presentan las limitaciones que impedirán la transformación hacia una industria limpia. Por tanto, la nueva estrategia nacional debería apostar con mucha mayor fuerza por la investigación y el desarrollo de medidas y aplicaciones de reducción en origen. En la nueva Estrategia desaparece la noción de crear un Centro de Investigación de Producción Limpia imprescindible para el desarrollo de tecnologías productivas menos impactantes sobre el medio y, así, proporcionar los instrumentos para transformar la industria española en una industria más respetuosa con el medio. En dicho centro habría sido necesario dar prioridad a la investigación sobre tecnologías de prevención (correspondiéndole un 75% de la financiación), y tener a la vez un departamento destinado a la caracterización de residuos peligrosos y al estudio de sistemas de tratamiento alternativos de los residuos (destinándole un 25% de la financiación). INSPECCIÓN No se establecen mecanismos claros que garanticen el desarrollo de programas de control y seguimiento del Plan. Por lo que todos los planes de actuación deberán llevar asociados programas de inspección, cuya coordinación y participación queda constituida por la Administración y por los diferentes agentes sociales para asegurar así el funcionamiento y el desarrollo progresivo del nuevo Plan. No obstante, la nueva Estrategia Nacional sobre Residuos Peligrosos posee las bases suficientes para desarrollar una política mejor orientada que en el pasado. Se puede concluir, por tanto, que a partir de su aprobación la responsabilidad en materia de residuos recae fundamentalmente sobre las CC.AA., que son los que tienen la competencia de gestión, y sobre los productores, por tener éstos la capacidad y, por tanto, la obligación de cambiar radicalmente su política de producción con el fin de proteger la salud pública y los ecosistemas.
Departamento Confederal de Ecología y Medio Ambiente de CC.OO. ÁREAS TEMÁTICAS
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