Ofensiva desregulatoria: También contra el medio ambiente

Pedro J. Linares. Secretario de Salud Laboral y Medio Ambiente de CCOO

La situación de crisis económica que venimos transitando desde hace más de un lustro está inserta en una crisis sistémica global que abarca muchas otras dimensiones: políticas (crisis de los mecanismos de representación y de la democracia), sociales (aumento de las desigualdades, desmantelamiento de los sistemas de protección) y por supuesto medioambientales.

Los efectos de cada uno de estos planos de la crisis tienen consecuencias en el resto y prueba de ellos es como la crisis está influyendo también en la situación del medio ambiente. Por una parte porque la disminución de la actividad económica y del transporte ha tenido el efecto de reducir las emisiones de CO2 y de otros contaminantes, así como la producción de residuos, pero por otra, porque los recortes han llegado también a los presupuestos para inversiones o para servicios medioambientales.

Pero lo más grave, es que en este contexto en el que todas las inversiones se resienten, el Gobierno del Partido Popular ha lanzado una ofensiva desregulatoria contra muchas normas de protección ambiental que si no ha tenido consecuencias más drásticas es por los límites que imponen las directivas europeas. Esto ha afectado a la gestión de los residuos, a la protección de la costa, a la regulación de los parques nacionales o a la gestión preventiva del medio ambiente.

El objetivo de esta desregulación es, como la que se produce en los ámbitos laboral, financiero o energético, favorecer a sectores empresariales en detrimento del medio ambiente e incluso de otros sectores económicos como los del reciclaje, la gestión ambiental o las energías renovables. Los cambios no sólo han destruido puestos de trabajo en algunos de esos sectores sino que están frustrando las expectativas existentes en cuanto a la creación de empleo verde en ellos.

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En este número de Daphnia, cuya edición retomamos, analizamos los cambios normativos y sus efectos en algunos de estos ámbitos sectoriales.

Es necesario reflexionar sobre las posibilidades y modelos de salida de la crisis, las puertas de salida pueden ser varias y muy diferentes. La que nos ofrecen desde las élites económicas y políticas pasa por un regreso al modelo de crecimiento descontrolado, intensivo en explotación de recursos, sin recuperación de derechos de la ciudadanía y con impactos medioambientales inasumibles. Los sindicatos llevamos mucho tiempo reclamando un cambio de modelo productivo que abra una puerta alternativa y que debe conjugar justicia social y sostenibilidad ambiental. Hemos de seguir trabajando en ello con más intensidad que nunca pues la ofensiva a las conquistas sociales y medioambientales es de gran calado.

 

 

 

 

 

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